La industria del juguete en Argentina atraviesa su peor momento. Según la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), en los últimos dos años cerraron 300 jugueterías, algunas con más de 50 años de trayectoria. Esto provocó la pérdida de empleo para 1.500 personas.
Importaciones y costos disparados
El presidente de la CAIJ, Matías Furió, explicó que la caída del consumo y la posibilidad de importar sin aranceles desde tiendas virtuales afectaron fuertemente a los comercios locales. “Además, deben afrontar aumentos en gas, electricidad, alquileres y sueldos. Las tarifas se multiplicaron por diez desde diciembre de 2023”, dijo.
El sistema de envíos “puerta a puerta” perjudica especialmente a los comerciantes, ya que compiten con productos de marcas y licencias reconocidas.
Suba de importaciones y contrabando
Entre enero y octubre, las importaciones de juguetes alcanzaron 91,3 millones de dólares FOB y 17,5 millones de kilos, con aumentos del 59,5% en valor y 94% en volumen. China representa el 85,7% del valor y el 94,4% del volumen importado.
A pesar de la reducción del arancel en un 15%, los precios no bajaron para las familias argentinas. Furió también criticó la falta de apoyo del Gobierno: “Ellos ordenan la macro y después la micro que se arregle como pueda”.
Otro problema es el contrabando, estimado en un 30% del mercado, debido a la disminución de controles aduaneros.
Ventas en caída libre
El sector sufrió un desplome en noviembre, considerado el peor mes en la memoria de la industria. Las ventas cayeron un 30% en comparación con el año pasado. Actualmente, seis de cada diez máquinas de producción están paradas, reflejando la gravedad de la crisis.




