El Ministerio Fiscal de Tucumán informó los avances en la investigación por el hallazgo sin vida de José Antonio Romano, contador de 52 años y empleado de la Dirección General de Rentas de la Provincia, encontrado dentro de un freezer el domingo pasado en su casa de Aguilares.
De acuerdo al informe preliminar de la autopsia, la causa de muerte podría ser estrangulamiento, ya que el cuerpo presentaba marcas compatibles con estrangulamiento mecánico y una herida profunda en la zona del cuello.
El crimen fue descubierto por una hermana de la víctima, quien al no tener noticias de Romano le envió un mensaje. La respuesta que recibió le resultó sospechosa por la forma en que estaba escrita, por lo que decidió ir a buscarlo a su casa el domingo al mediodía. Allí encontró el cuerpo sin vida del contador.
Según los investigadores, mientras los peritos trabajaban en el lugar, la Policía dispuso que varios equipos realizaran distintas tareas. Uno de ellos, bajo las órdenes del comisario Carlos Díaz, analizó las cámaras de seguridad de la zona y descubrió que la noche del sábado Romano se subió a una Amarok blanca junto a un sospechoso. Ambos fueron vistos llegando a la vivienda antes de las 23.45, hora en que su hermana le habría enviado el mensaje.
Pasada la una de la madrugada, el sospechoso salió solo de la casa en la camioneta y regresó unos 40 minutos después acompañado por otro joven que todavía no fue identificado. No se determinó cuánto tiempo permanecieron en el lugar, pero sí que ambos se retiraron juntos en el vehículo.

La camioneta fue hallada el domingo por la mañana frente a una cancha del barrio Villanueva, a unos tres kilómetros de la casa de Romano. Estaba cerrada y sin los dominios, lo que indica que quien la condujo hasta allí tenía las llaves e intentó desviar la investigación.
El fiscal Miguel Varela, a cargo de la Unidad Fiscal de Homicidios del Centro Judicial Concepción, sospecha que Romano tuvo algún conflicto con el acompañante y que luego este buscó a un cómplice. Ambos habrían ocultado el cuerpo en el freezer. Todavía no está claro si los dos participaron del homicidio o si uno solo cometió el crimen y el otro colaboró en el encubrimiento.
La vivienda del contador, ubicada en avenida Savio y Virgen del Carmen, tenía varias medidas de seguridad que impedían el ingreso de terceros sin la colaboración del propietario. Por la información que se maneja, al menos uno de los sospechosos conocía las llaves de acceso y el funcionamiento de la casa, ya que la puerta estaba perfectamente cerrada. También se determinó que los implicados estaban familiarizados con la camioneta y con el freezer, que fue encontrado en su máxima potencia.
De acuerdo con la reconstrucción, Romano habría sido asesinado en una habitación del piso superior que no era la que utilizaba para dormir. Esa habitación estaba cerrada con llave y los investigadores tuvieron que solicitar autorización judicial para ingresar. Desde allí, los sospechosos habrían cargado el cuerpo y lo colocaron en el freezer.
Romano era un profesional muy respetado en Rentas, organismo que decretó duelo y cerró sus puertas tras conocerse el crimen. No vivía de manera permanente en la vivienda donde fue hallado, sino que residía de lunes a viernes en un departamento en la capital tucumana y los fines de semana se instalaba en Aguilares, aunque solía quedarse en la casa de su madre. Según familiares y allegados, era una persona muy reservada, de la que se conocían pocos detalles de su vida privada.
Los sospechosos tendrían entre 18 y 30 años y serían oriundos de la zona de Villanueva. Los investigadores no descartan que hayan huido de la provincia tras conocerse el caso.




