El Centro de Justicia Penal de Rosario condenó a Brian Emanuel “Negro” Villalba (34), jefe de sicarios del narco peruano Julio Andrés Rodríguez Granthon, a 23 años de prisión por instigar un homicidio cometido en 2022 y transmitido en vivo por videollamada.
La víctima fue Brian “Paraguayo” Giménez (25), presunto integrante de la organización criminal, ejecutado tras ser acusado de “soplón”.
El tribunal compuesto por los jueces Ismael Manfrin, Carlos Leiva y María Trinidad Chiabrera dictó además 26 años de prisión para César Alberto Villalba (29), primo del instigador y autor material del crimen.
“¿Así que sos sapo?”: el asesinato ordenado desde prisión
Según los fiscales Adrián Spelta, Guillermina Aiello y Carla Ranciari, el crimen ocurrió el 3 de octubre de 2022 en una vivienda de Juan B. Justo al 8700, en el barrio Stella Maris, zona noroeste de Rosario.
Allí, los atacantes ataron a la víctima, lo amordazaron y realizaron una videollamada para que Villalba, desde la cárcel de Piñero, presenciara la ejecución.
“¿Así que sos sapo? Ahora te vamos a matar por sapo; hermanito, matalo”, ordenó Villalba, según se reconstruyó en el juicio.
Su primo César tomó el arma y disparó un tiro en la cabeza del joven.
El Ministerio Público de la Acusación determinó que el homicidio se enmarcó en una interna de la organización narco que lideraba Villalba, en disputa con la banda de Los Menores, también implicada en el crimen de Andrés “Pillín” Bracamonte y Daniel “Rana” Attardo, referentes de la barra de Rosario Central.
El lugar del asesinato, un búnker narco en Juan B. Justo al 8700, había sido allanado un mes antes del crimen, donde se incautaron 97 envoltorios de cocaína y se detuvo a dos integrantes de la organización.

Condenas ampliadas y antecedentes del caso
La pena de César Villalba se amplió por dos causas de portación ilegal de armas en 2021 y 2022, ambas en la misma zona de Rosario.
Por su parte, Brian Villalba, que ya cumplía condena por homicidio, tendrá una pena unificada de 46 años de prisión.
El caso expone nuevamente la violencia narco que atraviesa Rosario, donde las disputas entre bandas continúan generando homicidios, incluso dirigidos desde las cárceles.