El brutal doble homicidio que conmocionó al barrio San Cayetano tuvo sentencia. Este jueves 11 de diciembre, en la última audiencia del debate oral y público, Alexis Eugenio Ronveaux fue condenado a 18 años de prisión de cumplimiento efectivo por el asesinato de José María Altamirano y su hijo Santiago Ramiro Altamirano, ocurrido el 22 de agosto de 2024.
La acusación estuvo a cargo de la Unidad Fiscal de Homicidios I, conducida por el fiscal Pedro Gallo y representada en el juicio por la auxiliar María José Agüero.
Ronveaux fue considerado autor de dos homicidios agravados por el uso de arma de fuego, en concurso ideal.
La Fiscalía había pedido 25 años
Durante los alegatos de clausura, la Fiscalía solicitó una pena de 25 años para Ronveaux y pidió que se declarara la responsabilidad penal de Nelson José Basualdo, acusado de suministrar el arma utilizada en el ataque. Su defensa solicitó que fuera juzgado en dos etapas.
La auxiliar fiscal Agüero fue contundente en su exposición:
“Se trató de un hecho cometido con extrema violencia, con múltiples disparos realizados con un arma de gran poder ofensivo. Ronveaux usó un arma calibre 22 para ejecutar numerosos tiros sobre las víctimas. Y el arma fue claramente provista por Basualdo, sin cuyo aporte el ataque no podría haberse concretado”.
Finalmente, tras la deliberación de los magistrados, Ronveaux recibió la condena de 18 años de prisión, mientras que Basualdo fue absuelto por el beneficio de la duda.

Cómo ocurrió el doble crimen
La noche del 22 de agosto de 2024, cerca de las 22:00, José María Altamirano y su hijo Santiago circulaban en una motocicleta Honda CG 150 cc cuando llegaron a la casa ubicada en calle Anselmo Rojo 445, en el barrio San Cayetano. Allí mantuvieron una discusión con Basualdo, Ronveaux y otros sujetos identificados como Cristian Gonzalo Tula, Fernando Víctor Hugo Galo y Enzo Eduardo Cuenca.
En medio del conflicto, Basualdo ingresó a su vivienda, tomó un arma calibre 22 y se la entregó a Ronveaux.
Con el arma en mano y con la intención de matar, Ronveaux abrió fuego contra los Altamirano.
El padre recibió dieciséis disparos, mientras que su hijo fue alcanzado por quince tiros. Ambos murieron por shock hipovolémico.
Tras la balacera, Basualdo y Ronveaux escaparon del lugar.
Un juicio marcado por la violencia del hecho
Durante la última jornada, familiares de las víctimas y los acusados hicieron uso de sus palabras finales antes de que el tribunal anunciara su decisión. El fallo puso fin a un debate cargado de tensión, en un caso que quedó marcado por la ferocidad del ataque y la cantidad de disparos efectuados.




