En Concepción, la intervención del Ministerio Público Fiscal (MPF) fue clave para frenar a un comerciante que desoyó reiteradas clausuras impuestas por el municipio y continuó con la atención al público en su bar.
Se trata de un hombre de 35 años, dueño de un local ubicado en calle Belgrano 200, que acumuló múltiples infracciones por incumplimiento de la ordenanza “Código contra ruidos molestos”. Según la fiscalía, en varias oportunidades retiró violentamente las fajas de clausura colocadas por inspectores de la Dirección de Medio Ambiente y llegó incluso a amenazar a los empleados municipales.
El primer incidente se registró el 30 de junio, cuando el comerciante retiró las fajas de seguridad y las arrojó a los empleados municipales. Diez días después, repitió la acción tras una nueva clausura, advirtiendo que, de presentarse nuevamente en su local, procedería a agredir a los inspectores “con un palo en la cabeza”. A pesar de estas advertencias, continuó atendiendo al público durante los fines de semana, desobedeciendo la inhabilitación confirmada por la jueza de Faltas.
El MPF, a cargo del fiscal Diego Hevia y con la representación del auxiliar Juan José Ibáñez, imputó al comerciante por violación de sellos en tres oportunidades, en concurso ideal con desobediencia judicial. Aunque la fiscalía solicitó prisión preventiva por 60 días, el juez optó por medidas de coerción de menor intensidad para resguardar el proceso.
El caso refleja la importancia de la intervención judicial para hacer cumplir las normas municipales y garantizar el orden en la ciudad, poniendo un límite al accionar de comerciantes que deciden ignorar la ley.




