Lo que empezó como una excursión de alta montaña terminó en polémica nacional. Christian Petersen, uno de los chefs más conocidos del país, quedó internado en San Martín de los Andes y durante horas circularon versiones de todo tipo. Se habló de un ACV, de problemas cardíacos y hasta de un rescate de urgencia. Nada de eso fue cierto.
La Asociación Argentina de Guías de Montaña decidió salir a aclarar lo ocurrido y desarmó, punto por punto, los rumores que explotaron en los medios y redes sociales.
Qué pasó realmente en la excursión
Según el comunicado oficial, Petersen inició el ascenso al volcán Lanín con normalidad. Durante el control previo, pidió caminar en silencio y de manera individual. Por eso, los guías autorizaron esa modalidad, siempre bajo supervisión directa.
La primera parte del trayecto transcurrió sin inconvenientes. Al llegar al refugio, el cocinero se mostró de buen humor, relajado y conforme con la experiencia. Compartió con el grupo y no presentó ningún problema físico.
Sin embargo, todo cambió horas después.
Noche tensa y conducta fuera de control
Cerca de la medianoche, los guías detectaron un cambio marcado en su comportamiento. La situación comenzó a incomodar al resto de los excursionistas y afectó el descanso del grupo.
Tras hablar con él sin conflictos mayores, se tomó una decisión clave: Petersen debía descender de la montaña. Descansó alrededor de dos horas y permaneció acompañado en todo momento por un integrante del equipo.
El descenso comenzó a las 4 de la mañana. Como medida preventiva, se dio aviso a Parques Nacionales. Pero la tensión no terminó ahí.
Durante la bajada, el chef tuvo un cruce con uno de los guías. Según la AAGM, mostró una actitud prepotente, lo que derivó en la intervención de Gendarmería.
Sin ACV ni colapso físico
El comunicado fue categórico. Christian Petersen descendió en buenas condiciones generales. No presentó síntomas de ACV, arritmias ni ninguna emergencia médica.
Los guías remarcaron que el episodio no estuvo relacionado con un problema de salud grave, sino con una situación conductual que se desbordó durante la madrugada.
De esta forma, quedó descartada la versión de un colapso físico en plena montaña. La verdad, según los especialistas, fue muy distinta a la que se instaló en las primeras horas del escándalo.




