El 17 de septiembre de 2025, científicos del Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI) anunciaron el descubrimiento del Careproctus colliculi, una nueva especie de pez caracol encontrada a 3.200 metros de profundidad en el Cañón de Monterey, a 100 kilómetros de la costa central de California.
La noticia se viralizó rápidamente, no por sus características científicas, sino por su asombroso parecido con Whiscash, el Pokémon de tipo Agua/Tierra de la Generación 3. Usuarios de redes sociales lo bautizaron como “el Pokémon de la vida real”, y su imagen recorrió plataformas como YouTube, generando miles de reacciones.
El pez caracol que conquistó internet
El Careproctus colliculi mide apenas 9,2 centímetros, pero su aspecto simpático lo convirtió en una sensación. Con piel gelatinosa, cabeza redondeada y aletas pectorales anchas, este pez posee un disco ventral que le permite adherirse al fondo marino. Su apariencia adorable llevó a que muchos lo llamaran “el monstruo marino más adorable del mundo”.
Además, su descubrimiento acercó la ciencia a un público poco habitual, demostrando que la curiosidad puede surgir desde lo inesperado. Aunque se identificaron otras dos especies en la misma expedición —el pez caracol oscuro y el pez caracol esbelto— ninguna capturó la atención como el colliculi.
Exploración científica y cultura pop: una combinación poderosa
El proceso de identificación fue riguroso: microscopios, microtomografías y mediciones precisas confirmaron que se trataba de una especie nueva. Sin embargo, hasta ahora solo se ha registrado una observación confirmada, por lo que su distribución y rango de profundidad siguen siendo un misterio.
Por otro lado, expertos como Steven Haddock y Mackenzie Gerringer destacan que este tipo de hallazgos son clave para entender la biodiversidad y los cambios en los ecosistemas marinos. Además, evidencian cuánto queda por descubrir en las profundidades del océano.
La naturaleza supera a la ficción
La familia de los peces caracol incluye más de 400 especies adaptadas a ambientes extremos. El Careproctus colliculi se suma a esta lista, pero con un giro inesperado: se convirtió en un ícono viral. Su parecido con un personaje de ficción recuerda que la naturaleza aún tiene la capacidad de sorprender, inspirar y conectar mundos aparentemente opuestos.
Este descubrimiento no solo amplía el conocimiento científico, sino que también renueva el interés por explorar lo desconocido. Porque a veces, lo más extraordinario está justo donde menos lo esperamos.