La campaña de Navidad volvió a dejar señales claras de enfriamiento del consumo. Las ventas de juguetes cayeron 6,9% interanual en unidades, reflejando un escenario de ajuste en los hogares, presupuestos limitados y decisiones de compra cada vez más defensivas. En ese contexto, el sector deposita sus últimas expectativas en Reyes Magos, aunque sin señales firmes de recuperación.
El balance fue difundido por la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), que confirmó un desempeño por debajo del año pasado y un mercado sostenido, en gran parte, por productos de bajo costo y fabricación nacional.
Un leve repunte que no alcanzó
Desde la entidad admitieron que diciembre mostró un movimiento algo mejor que noviembre, pero insuficiente para revertir el deterioro acumulado del año.
“El resultado fue negativo. Hubo una mejora sobre el cierre, pero no alcanzó para compensar la fuerte caída del Día del Niño ni los retrocesos posteriores”, explicó el presidente de la CAIJ, Matías Furió. Según indicó, el consumo sigue condicionado por la pérdida de poder adquisitivo y la necesidad de priorizar gastos básicos.
Menos compras y tickets ajustados
El comportamiento del mercado estuvo sostenido casi exclusivamente por promociones agresivas y cuotas sin interés, en muchos casos utilizadas para facilitar compras de último momento. Aun así, el nivel de actividad fue menor al esperado.
El informe sectorial revela que el 95% de las operaciones se realizó con medios electrónicos, mientras que el uso de efectivo prácticamente desapareció. Las ventas online se mantuvieron estancadas, sin crecimiento interanual, y el comercio físico tradicional sufrió una caída cercana al 10%, profundizando la debilidad del sector.
Precios sin aumentos, pero con consumo retraído
A pesar de que no se registraron subas de precios durante el año, el consumo no logró recuperarse. El ticket promedio fue contenido: alrededor de $19.000 en jugueterías de barrio, $10.000 en supermercados y $45.000 en cadenas especializadas, lo que confirma un mercado limitado a opciones económicas.
Desde la Cámara señalaron que el juguete nacional logró sostenerse gracias a precios previsibles y una oferta adaptada al contexto. En contraste, los productos importados mostraron un desempeño pobre, afectados por valores poco competitivos y una sobreoferta que no encontró demanda.
Qué se compró, con un criterio defensivo
Las elecciones de las familias estuvieron marcadas por la austeridad. Se priorizaron juguetes funcionales, durables y de uso compartido. Entre los más vendidos aparecieron:
- Juguetes de primera infancia, didácticos y sensoriales.
- Juguetes de verano y aire libre, de bajo costo.
- Juegos de mesa familiares, mayormente nacionales.
- Manualidades y kits creativos sin pantallas.
Las marcas premium y los productos licenciados tuvieron escasa rotación, quedando relegados por su precio.
Reyes Magos: expectativa moderada y foco en la seguridad
De cara a Reyes Magos, el sector apuesta a un leve repunte, aunque con expectativas moderadas. La CAIJ advirtió que el contexto sigue siendo frágil y volvió a insistir en la compra segura.
Furió destacó los controles oficiales y las multas aplicadas a importadores que comercializaban juguetes sin cumplir la normativa. “En un mercado golpeado, es clave cuidar a los consumidores y evitar productos inseguros”, remarcó.
Con un consumo todavía retraído y márgenes ajustados, la industria del juguete enfrenta el cierre del año sin señales claras de recuperación, a la espera de que Reyes Magos al menos ayude a contener la caída.




