Rodrigo Paz Pereira, economista de 58 años e hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, ganó el balotaje con el 54% de los votos frente a Jorge “Tuto” Quiroga. Su victoria marca el fin de 20 años de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) y el inicio de una nueva etapa política en Bolivia, coincidiendo con el bicentenario del país como Estado independiente.
El nuevo mandatario hereda una economía en recesión, con una caída del PBI del 2,4% en el primer semestre y proyecciones negativas hasta 2027. La inflación interanual alcanzó el 23%, la más alta en cuatro décadas. Las reservas internacionales líquidas rondan los USD 100 millones, mientras que el oro representa el grueso de los activos del Banco Central. La escasez de combustibles paralizó el transporte y generó protestas en varias regiones.
Paz prometió consensos y apertura internacional, pero deberá enfrentar una crisis institucional agravada por la orden de arresto contra Evo Morales, acusado de trata de personas. El exmandatario aún no fue detenido y mantiene influencia en el Chapare, lo que podría desatar una ola de movilizaciones.
El nuevo gobierno evalúa recortes de subsidios, pero economistas advierten que podrían disparar aún más los precios y aumentar la pobreza, que ya supera el 45%. La tensión social, sumada a la fragilidad económica, convierte a Bolivia en uno de los focos más críticos de América Latina en 2025.