Los casos de estafas virtuales siguen en aumento, pero atraparlos es cada vez más difícil. Los delincuentes operan con estructuras complejas y los arrestados suelen ser solo los eslabones más bajos de la cadena, mientras que los “cerebros” rara vez son procesados o condenados.
Según estadísticas del Ministerio de Seguridad de la Nación, en 2024 se registraron 3.642 denuncias por este tipo de delitos. La cifra real podría ser mayor, ya que muchas víctimas no denuncian por pudor o temor a represalias.
El origen del crecimiento delictivo
Especialistas coinciden en que la pandemia aceleró el auge de las estafas virtuales, adaptando el clásico “cuento del tío” a la era digital. Los métodos evolucionaron rápido y se replicaron de otros países, como Brasil, donde surgieron los primeros casos de clonación de tarjetas de crédito y débito.
“El delito evoluciona junto con la tecnología. Los delincuentes imitan sistemas y usan equipos que les permiten quedarse con el dinero ajeno”, explicó el comisario Miguel Carabajal, jefe de la Brigada de Investigaciones.
Barreras jurisdiccionales y limitaciones legales
Un gran obstáculo es que estas organizaciones operan en varias provincias. La Justicia local enfrenta dificultades para investigar hechos fuera de su jurisdicción y, además, algunos líderes podrían pagar por protección, lo que genera reticencia para solicitar cooperación interprovincial.
Especialistas reclaman que estos delitos pasen a la órbita de la Justicia Federal, pero hasta ahora no se han registrado avances significativos.
Cómo operan las organizaciones
Estas bandas funcionan con múltiples niveles: diseñadores de engaños, captadores de víctimas, prestadores de nombres para cuentas virtuales y expertos en robo de identidades para blanquear fondos. Muchos convierten el dinero obtenido en criptomonedas, lo que dificulta rastrearlo.
“El crecimiento de las estafas virtuales es tal que la división de Delitos Telemáticos podría superar en importancia a la de Robos y Hurtos”, aseguró Carabajal. El jefe de Policía, Joaquín Girvau, agregó que se incorporó tecnología y personal capacitado, pero la prevención sigue siendo clave.
Redes sociales y limitaciones operativas
Facebook, WhatsApp, Instagram, TikTok y Telegram son las plataformas más usadas. La Policía necesita autorización judicial para analizar cuentas, lo que retrasa las investigaciones. En Salta, se implementó la figura del “agente encubierto digital” para agilizar pesquisas.
Penas y consecuencias actuales
Las condenas suelen ser leves. Por ejemplo, los responsables de Adhemar Capital recibieron penas condicionales de nueve meses a dos años y se comprometieron a no abrir cuentas virtuales. En Tucumán, la pena máxima es de seis años, y la mayoría de los acusados sin antecedentes solo reciben cumplimiento condicional.
Recomendaciones para evitar ser víctima
- No revele datos de tarjetas a terceros.
- Investigue vendedores antes de comprar durante ofertas online.
- Nunca entregue el plástico para compras de otros.
- Controle personalmente las operaciones con tarjetas.
- Compare precios y desconfíe de ofertas demasiado atractivas.
- No comparta videollamadas con desconocidos ni fotos de homebanking.
- Verifique antecedentes de vendedores en redes sociales.
- Denuncie cualquier estafa: ayuda a recuperar fondos y atrapar a los delincuentes.
