El brote de coqueluche en Argentina —también conocida como tos convulsa— encendió las alarmas sanitarias tras confirmarse la muerte de cuatro niños menores de dos años.
En Ushuaia, epicentro de la situación, ya se contabilizan 66 casos positivos desde julio, dentro de un total nacional de 333 afectados en 17 jurisdicciones, según el Ministerio de Salud de la Nación.
La coqueluche afecta principalmente a niños y adultos jóvenes, y puede ser grave o mortal en bebés que aún no completaron el esquema de vacunación.
¿Qué es la coqueluche y por qué representa un riesgo?
La coqueluche es una enfermedad respiratoria bacteriana causada por Bordetella pertussis.
La infectóloga Elena Obieta explicó que “el ser humano es el único reservorio de la bacteria, y su transmisión se da de persona a persona mediante la tos”.
Por su parte, el infectólogo Ricardo Tejeiro advirtió que “en los chicos pequeños puede producir neumonía y complicaciones graves que incluso llevan a la muerte”.
Ambos especialistas coincidieron en que la vacunación oportuna es la medida más efectiva para evitar nuevos brotes.

Desde la detección del primer caso en julio, las autoridades sanitarias de Tierra del Fuego implementaron bloqueos epidemiológicos, seguimiento de contactos y una campaña de vacunación acelerada.
Más de 700 personas fueron identificadas como contactos estrechos, y se distribuyeron 500 tratamientos de azitromicina y 300 dosis de vacuna séxtuple para proteger a los grupos de mayor riesgo.
La mayoría de los casos detectados en Ushuaia corresponde a niños de entre 5 y 9 años, aunque también hubo contagios en adolescentes y adultos.
El Ministerio de Salud destacó que estas acciones buscan detectar y aislar rápidamente los casos para evitar la propagación del brote.
El Boletín Epidemiológico Nacional confirmó que los contagios casi se duplicaron respecto a 2024, y siete provincias concentran la mayoría: Córdoba, Salta, Buenos Aires, Mendoza, Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Tierra del Fuego.
A pesar de los esfuerzos, la cobertura vacunal sigue siendo insuficiente: solo el 70% de los niños de 11 años y el 69% de los de 5 años recibieron las dosis de refuerzo.
Los expertos alertan que esa brecha facilita la reaparición de la enfermedad, como ocurre también en países vecinos.
El Ministerio de Salud reforzó el llamado a completar el calendario de vacunación, especialmente en bebés, embarazadas, personal de salud y docentes.
La coqueluche suele comenzar como un resfrío común, pero evoluciona hacia una tos persistente e incontrolable que puede durar semanas.
Los casos graves se presentan en lactantes, con riesgo de neumonía, apneas o convulsiones.
Los médicos subrayan la importancia de la consulta precoz y del tratamiento con antibióticos, tanto para los pacientes como para sus contactos cercanos.