La activista Vera Jarach, histórica referente de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, falleció a los 97 años, según confirmó Taty Almeida, presidenta de la organización.
Su vida estuvo marcada por la defensa de los derechos humanos y la memoria histórica. Jarach dedicó décadas a la búsqueda de su hija Franca Jarach, desaparecida durante la última dictadura militar en Argentina.
De Italia a Argentina: una vida atravesada por el exilio
Vera Jarach nació en Italia en 1928. En la década del ’30 emigró con su familia a la Argentina para escapar del fascismo. Relataba que, aunque era una niña en ese momento, aquel viaje significó el fin de su infancia.
Desde entonces, su vida quedó atravesada por las luchas contra la opresión y el compromiso con la justicia. Su historia personal la transformó en una de las voces más escuchadas en la defensa de la memoria colectiva.

Un símbolo de la memoria y los derechos humanos
Jarach se convirtió en una figura emblemática de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, organización que desde 1977 exige verdad y justicia por los detenidos desaparecidos.
Su compromiso fue inquebrantable: participó de marchas, actividades públicas y charlas en escuelas, llevando siempre el nombre de su hija y de las miles de víctimas de la dictadura.
“Todavía era una nena, pero cuando llegué se terminó mi infancia”, recordaba sobre su llegada a Argentina. Esa frase resumía la fuerza de una mujer que hizo de su dolor una bandera de lucha.
El legado de Vera Jarach
La muerte de Vera Jarach significa la partida de una de las últimas grandes referentes de las Madres de Plaza de Mayo. Su legado queda en la memoria colectiva y en el trabajo de quienes continúan reclamando justicia.
Su historia, marcada por el exilio, la pérdida y la resistencia, deja una enseñanza de vida: la importancia de no olvidar y seguir defendiendo los derechos humanos como un compromiso con las futuras generaciones.